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AL MOHÁN Y AL BICENTENARIO LOS ALOJA EL MAGDALENA

Posted in Actualidad, Balances with tags , , , on agosto 23, 2010 by Bárbara Morales

El año pasado, cuando Leonardo Comba fue invitado por la Fundación Gilberto Alzate Avendaño a acompañar a otros expedicionarios por las aguas del Río Magdalena, pudo continuar escuchando y escarbando las diversas historias que sobre el Mohán había escuchado desde pequeño. Por ello, también pudo enfocarse en su interés por la cultura ribereña – por la que Fals Borda llamó “la cultura anfibia” – además de darle continuidad a su tesis de grado.

Durante 13 días, Leonardo – quien es músico y diseñador gráfico de la Universidad Nacional – hizo este recorrido acompañado de otros 16 expedicionarios en el marco del  proyecto “Gritos que cambian la historia” por la celebración del bicentenario de independencia. Su viaje “tras las ondas del Mohán” comenzó el 17 de septiembre de 2009 en Bogotá y finalizó en Cartagena según la bitácora que Leonardo hizo, y en la cual también quedaron escritas y dibujadas sus impresiones de su paso por Honda, Barrancabermeja, Gamarra, El Banco, Mompóx, Calamar, Barranquilla, Tenerife y el Canal del Dique.

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Recordó su infancia en las poblaciones de Sogamoso, Ibagué y Ambalema, las diferencias entre la cosmovisión de un habitante de ciudad, otro de pueblo, uno de población ribereña y un pescador y que el Mohán no es un cuento de abuelos sino una realidad con la que conviven los lugareños todo el tiempo. Tanto será así que a pesar de las semejanzas entre los diferentes relatos que escuchó acerca de este personaje, la que más le impactó fue una que le contó una guía en Barrancabermeja – quien a su vez la oyó de otra mujer en el Tolima – y más o menos contada sería así :

“El Mohán se enamora de una mujer, la rapta, la lleva a sus cuevas bajo el río y no la devuelve. Cuentan que varias niñas se habían perdido, que solo aparecieron algunas prendas, pero ellas nunca. Una sí logro volver. En sus 3 meses de cautiverio, esta mujer escribió y escribió notas para que cuando se secara el río alguien las leyera y la rescataran. Un pescador encontró las hojas y llamó a sus amigos que eran expertos exploradores para que ayudaran a la mujer a escapar y así fue. No se ha oído otro caso. Nunca vuelven”.

Su experiencia está plasmada en una pieza gráfica en forma de bitácora, en donde están entretejidos testimonios, fotos y dibujos además de un documental, que fueron mostrados en el pabellón Bicentenario en la recién finalizada Feria del Libro de Bogotá.

Leonardo solo espera volver a hacer ese mismo recorrido con más tiempo, con más oportunidad de concentrarse en la experiencia, en la cultura y poder devolverles a los habitantes sus testimonios en forma de libro y de manera gratuita. Y, por supuesto, que esto redunde en nuevos y apasionantes retos.

Pueden escribirle al correo electrónico jalecongo@hotmail.com

EFEMÉRIDES BICENTENARIAS SIN MOTIVO

Posted in Actualidad, Balances with tags , , , , on julio 19, 2010 by Bárbara Morales

Se ha planteado para estos años y para estas fechas la celebración del bicentenario de la independencia. Llama entonces la atención que no haya ni siquiera claridad en el motivo de celebración del 20 de julio, lo cual refleja el desconocimiento de nuestra propia historia como país y de la historia de nuestros pueblos en América Latina.

Esto se refleja en el desconocimiento de los hechos mismos que sucedieron en Bogotá el 20 de julio de 1810. Comencemos por ese punto: Es la celebración de la junta de Bogotá, que declaró la independencia del “Estado de Cundinamarca”, en una fecha que no coincide ni siquiera con las de las juntas que se hicieron en la misma época en otras poblaciones de la actual Colombia y en otros lugares de la actual América Latina.

Se desconoce allí el papel y los intereses de las personas que encabezaron estos procesos que luego hicieron necesarias las campañas de Miranda y de Bolívar algunos años después (al menos para el caso de Colombia) y las circunstancias de este territorio y sus habitantes en ese momento histórico, como las dificultades de articulación de las diferentes juntas de gobierno, las diferentes corrientes en el pensamiento de las élites criollas que les hicieron difícil consolidar un acuerdo importante para gobernar, incluso hasta el punto de enfrentarlas en una primera guerra interna.

Sin embargo, hay otro desconocimiento que es más complicado: El del proceso histórico general que sucedía alrededor de estos hechos y que los hizo posibles. No hay entre nosotros una comprensión plena de la evolución del siglo dieciocho en el cual se consolidó el autonomismo estadounidense, la ilustración (con las ideas que también lograron cierto impacto en España y en América Latina), la revolución francesa y el napoleonismo paneuropeo (que desestabilizó la situación de España y llevo a las élites en América a tomar decisiones al respecto), la herencia burocrática de la administración hispánica de este continente, el lugar social de las élites criollas, los antecedentes de grupos revolucionarios autonomistas como los Comuneros de distintos países (porque hubo varios en todos estos países y varios en el actual territorio colombiano) o el interés tras la expansión marítima del imperio británico.

Tampoco hay una comprensión plena de los procesos que sucedieron una vez consolidada la separación de las repúblicas latinoamericanas a lo largo del siglo diecinueve: La conformación institucional y territorial de los países actuales, su relación con la consolidación de las potencias –especialmente con la del dominio marítimo de la Gran Bretaña-, la ruptura definitiva con instituciones como la esclavitud, la tensión entre los intereses conservacionistas y los intereses modernizadores en todos los planos (como se muestra en la obra de pensadores de nuestra situación nacional y continental como Rafael Uribe Uribe y Andrés Bello) o el orden creado por las élites criollas que rápidamente las consolidó como oligarquías que excluían a gran parte de su población gobernada (como tempranamente ya lo señalaba otro pensador de nuestra situación continental: José Martí).

No se trata entonces de recuperar únicamente una historia y una enseñanza de la misma centrada en anécdotas separadas en unas fechas específicas (recibí buena parte de mi propia enseñanza de la historia en la primaria y en la secundaria con ese modelo y conozco bien sus ventajas y sus enormes limitaciones). Se trata de aproximarse a la comprensión de nuestra historia entendiendo su proceso, es decir, la forma como unos hechos, unas formas de vida y unas ideas contribuyeron al cambio de una situación a otra en un momento posterior. Me uno entonces a una interesante tesis planteada por el profesor Fernando Larreamendy, actualmente vinculado a la Universidad de Los Andes en Bogotá: Es posible que esta falta de comprensión de nuestros procesos históricos tenga una contribución importante en los errores que, como nación, seguimos cometiendo con tanta frecuencia. Y esto sigue sucediendo a pesar de “disfrutar de nuestra libertad” hace ya 200 años.

Nicolás Arias Velandia

orwelliano@hotmail.com

En twitter: @orwelliano