El año pasado, cuando Leonardo Comba fue invitado por la Fundación Gilberto Alzate Avendaño a acompañar a otros expedicionarios por las aguas del Río Magdalena, pudo continuar escuchando y escarbando las diversas historias que sobre el Mohán había escuchado desde pequeño. Por ello, también pudo enfocarse en su interés por la cultura ribereña – por la que Fals Borda llamó “la cultura anfibia” – además de darle continuidad a su tesis de grado.
Durante 13 días, Leonardo – quien es músico y diseñador gráfico de la Universidad Nacional – hizo este recorrido acompañado de otros 16 expedicionarios en el marco del proyecto “Gritos que cambian la historia” por la celebración del bicentenario de independencia. Su viaje “tras las ondas del Mohán” comenzó el 17 de septiembre de 2009 en Bogotá y finalizó en Cartagena según la bitácora que Leonardo hizo, y en la cual también quedaron escritas y dibujadas sus impresiones de su paso por Honda, Barrancabermeja, Gamarra, El Banco, Mompóx, Calamar, Barranquilla, Tenerife y el Canal del Dique.
Recordó su infancia en las poblaciones de Sogamoso, Ibagué y Ambalema, las diferencias entre la cosmovisión de un habitante de ciudad, otro de pueblo, uno de población ribereña y un pescador y que el Mohán no es un cuento de abuelos sino una realidad con la que conviven los lugareños todo el tiempo. Tanto será así que a pesar de las semejanzas entre los diferentes relatos que escuchó acerca de este personaje, la que más le impactó fue una que le contó una guía en Barrancabermeja – quien a su vez la oyó de otra mujer en el Tolima – y más o menos contada sería así :
“El Mohán se enamora de una mujer, la rapta, la lleva a sus cuevas bajo el río y no la devuelve. Cuentan que varias niñas se habían perdido, que solo aparecieron algunas prendas, pero ellas nunca. Una sí logro volver. En sus 3 meses de cautiverio, esta mujer escribió y escribió notas para que cuando se secara el río alguien las leyera y la rescataran. Un pescador encontró las hojas y llamó a sus amigos que eran expertos exploradores para que ayudaran a la mujer a escapar y así fue. No se ha oído otro caso. Nunca vuelven”.
Su experiencia está plasmada en una pieza gráfica en forma de bitácora, en donde están entretejidos testimonios, fotos y dibujos además de un documental, que fueron mostrados en el pabellón Bicentenario en la recién finalizada Feria del Libro de Bogotá.
Leonardo solo espera volver a hacer ese mismo recorrido con más tiempo, con más oportunidad de concentrarse en la experiencia, en la cultura y poder devolverles a los habitantes sus testimonios en forma de libro y de manera gratuita. Y, por supuesto, que esto redunde en nuevos y apasionantes retos.
Pueden escribirle al correo electrónico jalecongo@hotmail.com